(Foto tomada por: Guillermo Montoya)Mi historia se remonta en tierras fértiles que con el tiempo cambian su textura, los vientos se llevan partículas de tierra provocando una migración a otros lares, en época de lluvia, se inundan e inicia una refrescante alegría de ver cómo él agua forma ríos morfológicos que terminan en la carretera, y ver a los niños inocentes jugar con el agua, pateando y chapoteando con alegría.
Ya han sido años, probablemente generaciones que no me notan, casi como un ente desapercibido, en épocas noto que se acercan únicamente en búsqueda de protección, me ven como un respaldo, soy frondoso y robusto, alto y mi sombra refresca.
No hablo, no grito, no me muevo soy estático, pero brindo protección, quisiera ser móvil, poder abrazar con mis ramas a todos aquellos que se acercan a mí, quisiera llorar, pero el invierno lo hace por mí, quisiera crecer más, pero ello significaría que me corten y me convierta en leña, probablemente pasando a la inmortalidad... Quisiera salirme de mis raíces, pero no puedo, porque he nacido, crecido y "Estoy parado viendo pasar el tiempo".
Guillermo Montoya
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